Durante buena parte de la historia, el mar Mediterráneo ha actuado más que como una frontera entre territorios, como una red de comunicación que conecta e interrelaciona todo un crisol de pueblos y culturas. El legado de esta conexión en forma de patrimonio arqueológico nos ilustra cómo fueron las relaciones entre comunidades en el pasado, especialmente en la etapa de la Antigüedad en que los intercambios comerciales y culturales de fenicios, griegos e indígenas fueron los protagonistas, y transformaron completamente estas comunidades mediterráneas.
En este contexto de grandes cambios, la región Pirineos Mediterráneo se convirtió en un escenario crucial testigo del flujo comercial y cultural que se creó entre los colonos fenicios de Ibiza, los colonos griegos de Ampurias, y los pueblos autóctonos que habitaban las islas Baleares, y las tierras de la actual Cataluña y de Occitania. Como herederos de este rico legado de más de 2.500 años de historia, hemos creado un espacio de confluencia en el cual se pone en valor el origen de esta conexión milenaria. La acción central del proyecto es la realización de una exposición temporal que viajará por las tres regiones, acompañada de actividades divulgativas accesibles a un público diverso, en las que el eje central será la interculturalidad que caracterizaba el Mediterráneo en la Antigüedad.